sábado, enero 27, 2007

Maldicion de Oggun (Alaguadde)

Oggún el dueño del hierro, era un montuno irascible y solitario. Cuando los Orishas bajaron a la tierra fue él quien se encargó, con su machete infatigable, de cortar los troncos y las malezas para abrirles paso. Vivía entonces en casa de sus padres Obbatalá y Yemú y junto a sus hermanos Ochosi, Ozún y Elegguá. Oggún estaba enamorado de su madre y varias veces quiso violarla, lo que no consiguió gracias a la vigilancia de Elegguá. Oggún se las arregló para conseguir su propósito, pero para su desgracia, Obbatalá lo sorprendió. Antes que este pudiera decir nada, Oggún gritó: “Yo mismo me voy a maldecir.

Mientras el mundo sea mundo lo único que voy a hacer es trabajar para la Ocha”. Entonces se fue para el monte sin más compañía que sus perros, se escondió de los hombres y ningún Orisha que no fuera su hermano Ochosi, consiguió verlo. Trabajaba sin descanso, pero estaba muy amargado. Además de producir hierro, se dedicó a regar polvos por todas partes y la tragedia comenzó a dominar el mundo. Fue entonces cuando Ochún se metió en el monte, lo trajo con su canto y le hizo probar la miel de la vida. Oggún siguió trabajando, pero perdió la amargura, no volvió a hacer polvos y el mundo se tranquilizó. Hay quienes dicen que cuando salió del monte, Ochún lo llevó hasta Olorum, quien lo amarró con una cadena enorme, pero esto es un cuento ¿Qué cadena podía ser más fuerte que la miel de Ochún?

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